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El estadio Santiago Bernabéu volvió anoche a engalanarse para recibir a Karim Benzema, el cuarto fichaje del nuevo Real Madrid de Florentino Pérez. La afición blanca respondió en un número cercano a las 20.000 personas, lo que unido a las presentaciones de Kaká, Albiol y Cristiano Ronaldo suman un total de 168.000 madridistas los que se han dado cita en el coliseo de La Castellana durante estos diez últimos días. ¿Alguien podría imaginarse tamaña respuesta? Seguro que no, pero la ilusión del madridismo se ha desbordado hasta límites insospechados.

Benzema es un proyecto de estrella que el Real Madrid quiere convertir en Balón de Oro dentro de unos años. El mensaje de Florentino habla a las claras de que en este equipo también hay hueco para los cracks venideros: “Este modelo también apuesta por los jugadores del futuro”, dijo el presidente antes de presentar al francés. Pero no hay prisa para triunfar. El hecho de que el Real Madrid haya fichado a Cristiano Ronaldo y Kaká le quitará esa presión que a un jugador de 21 años le puede pasar factura en su primer año en el Bernabéu. No hay más que oír lo que dijo ayer el mejor futbolista de la Liga francesa: “Vengo a aprender, no a retirar a Raúl”.

Seguramente, el de Benzema es el mejor fichaje de Florentino en la relación calidad-precio. De Lyon llega con la ilusión de un niño para jugar donde lo hicieron sus ídolos, Zidane y Ronaldo. Además, el hecho de ser francés es un buen presagio en el Madrid, ya que han dado un gran rendimiento desde Kopa a Zidane pasando por Makelele, Karembeu y Anelka y casi todos han sido claves en las nueve Copas de Europa. Está claro que el delantero de la selección francesa ha nacido para ser una estrella y qué mejor sitio para demostrarlo que el Real Madrid.