Monterrey Campeón Divino.

14 de diciembre de 2009

Monterrey Campeón Divino.

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Chupete se abrazó con su entrenador, con quien tuvo muchos problemas hasta que les dieron el trofeo. Tal vez fue el último juego del chileno con los regios.

Vucetich es el entrenador que convierte en lingotes de oro cualquier institución. Cuatro finales disputadas y todas ganadas.

Monterrey es el campeón, es el mejor equipo: ganó 2-1 (6-4 global), fue un cuadro que jugó en estado de gracia desde el fallecimiento de Antonio De Nigris, que sirvió como revulsivo para que Aldo creciera, se erigiera en un gigante, en delantero capaz de de ser certero.

Cruz Azul se fue durmiendo, se fue perdiendo en su laberinto de sombras. Tras no anotar en los primeros minutos la moral se le fue a los tobillos y conforme iba agrietándose otra vez en la defensa, Humberto Suazo le puso el balón en la frente a Aldo De Nigris para que matara a los celestes.

La desilusión, la tristeza, la tragedia… otra vez, por enésima vez, nunca se fueron los fantasmas de este estadio. Cruz Azul juega con el cariño de su gente, con el corazón, con el amor, porque ilusiona. Se ilusionó la gente con el gol de Castro y cerraron el puño cuando al minuto final, Suazo se escapó por toda la pradera izquierda. Antes de que tocara el balón ya se sabía que no lo iba a fallar, ya celebraban en la banca, ya Guillermo Álvarez engullía una derrota más.

Monterrey grita, lo explota desde dentro, desde las entrañas. No importa el pasado, sino lo que han logrado en esta fecha, no hay más tragedia, sino la que vive Cruz Azul. Eduardo Galeano lo decía: la esperanza exige audacia, la nostalgia no exige nada. Y Cruz Azul es un equipo totalmente nostálgico.

Ya no hay explicación lógica para lo que le sucede a este club. Incluso su caso da para superar lo que se pueda decir del Monterrey, que ganó con toda legalidad el título. El arrebato de energía del partido de ida fue clave, ahí, en ese espectacular 4-3, Cruz Azul perdió el campeonato. Ahora es más difícil de aceptar, de sobreponerse a este hecho.

A la Máquina se le fueron los minutos como arena de las manos, no encontraron jamás el orificio para traspasar la defensiva de los regios.El guión ya estaba planeado. Como había sacado los partidos en liguilla lo haría Rayados.